Puede ser una superstición, pero muchas personas, incluido yo mismo, no se lavan las tazas de café. Enjuago mi taza pero no la lavo, no quiero que entre jabón en mi taza de café favorita. Me gusta cómo huele a café. No tengo que ver ni tocar mi taza de té o café favorita para saber cuál es cuál.

Además, nunca uso jabón en mis filtros de café o té.

¿Notaría la diferencia si tuviera dos tazas idénticas, una con la "pátina" y la otra sin? Tal vez no. Pero yo lo prefiero así.

El origen de no lavar la taza de café se remonta a la época en que las tazas de café estaban hechas de metal. Todavía se puede ver un ejemplo con la práctica italiana de condimentar una olla moka. Cuando un recipiente de café de metal (cafetera moka o taza de café) es nuevo / lavado, el café adquiere un sabor metálico. Una vez que el recipiente se ha usado una o dos veces, los aceites del café sellan la superficie interna evitando que el sabor metálico manche la infusión. (Muchos italianos creen que una nueva cafetera moka no se puede utilizar hasta que se hayan preparado y tirado varias tazas de café primero)

Es fácil imaginar la evolución del proceso práctico a la tradición pensando en la época de transición de tazas de café de metal a cerámica. Los jóvenes militares que no habían usado tazas de café de metal estarían acostumbrados a lavarlas, mientras que los antiguos líderes superiores todavía tendrían el hábito de no lavarlas y probablemente habían desarrollado un gusto por ellas (de ahí que juraran que sabe mejor cuando el taza está "sazonada").

Podría ser una forma de "marcar" la taza mediante la mancha que sugiere que la taza está en uso. Esto solo funciona para tazas de café atadas a un escritorio.

Tenga en cuenta que en un restaurante, comedor o comedor, las tazas llenas de café se lavan y las personas que beben su café en tazas manchadas tomarán café en tazas limpias. Lo sé.

En el trabajo, bebo de una taza manchada. ¿Por qué? Porque soy indiferente y un poco vago. Pero en casa, ponemos nuestras tazas de café en el lavavajillas. No tengo la menor sensación de diferencia de sabor entre limpio o manchado.

Creo que se reduce a preferencias personales y no tiene nada que ver con la lógica. La mayoría de los espacios de trabajo son bastante impersonales, por lo que vale la pena inyectar algo de propiedad sobre algo tan pequeño como una taza.

Por cierto, ¿por qué te molestarías en intentar lavar la taza de café de un compañero de trabajo?

La pátina, puede ser peligrosa si la copa está hecha de cobre. La pátina es una formación de oxidación y el óxido de cobre verdoso es venenoso . Deshágase de las copas de cobre o déjelas enchapadas con estaño como en los cezves tradicionales turcos. (Consulte esta respuesta relacionada).

Otra perspectiva puede ser el aceite untado y su contribución al sabor general (o al menos la prevención del sabor metálico del aceite). Puede resultar beneficioso durante unos días, hasta una semana, por ejemplo. Luego, los aceites comenzarán a pudrirse y agregarán un sabor amargo al sabor. (Consulte esta respuesta).